MInority report. la justicia preventiva que vendrá
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MInority report. la justicia preventiva que vendrá

MInority report. la justicia preventiva que vendrá

Se atribuye a Cecil B. de Mille la frase que “las películas deben comenzar con un terremoto y seguir de ahí hacia arriba”.

El “tempo” de los diez primeros minutos que Spielberg imprime a Minority Report no tienen un terremoto que haga que el espectador se quede boquiabierto a la manera de B. de Mille, pero en tan escaso tiempo conocemos:

  • Que una escena privada puede ser públicamente observada.
  • Que estos hechos “a futuro” van a ser calificados por unos jueces.
  • Que éstos últimos van a permitir la entrada en un domicilio privado por un delito que se prevé pero que aun no se ha cometido.
  • Y que un ejército en el mejor estilo SWAT, irrumpa en el domicilio y arreste al futuro delincuente.

No, no hay en esos primeros diez minutos terremoto alguno pero, como de Mille, Spielberg filma en tan escaso tiempo un auténtico terremoto narrativo haciendo que el espectador sea ya consciente de todas las partes de que compondrá la película.

Minority Report, se basa en un relato corto del autor estadounidense Philip Kindred Dick quién en 1956 lo escribió bajo el título de “El Informe de la Minoría”. Seguro que a muchos este nombre poco o nada les diga, pero si acompañamos esta reseña con que también es autor de las novelas y relatos que han dado lugar a películas tan conocidas como Blade Runner (1982 y 2017), Desafío Total (1990 y 2012), Paycheck (2003) o Next (2007), de seguro que os he hecho captar mejor la atención sobre este autor.

Si a todo este entremés se le añade el acompañamiento de una banda sonora de un maestro de maestros en estos quehaceres como John Williams, el resultado hace que el terremoto haya tenido lugar.

Spielberg, buen –el mejor- conocedor de cómo funciona esta industria, se aparta de la narrativa de Dick en varios conceptos que hay que señalar:

  • En el relato de Dick, el policía de “precrimen” tiene conocimiento de que hay tres informes “en minoría” y contradictorios entre sí. Spielberg nos traslado que solo hay uno, el de la “precog” Agatha.
  • En el original el futuro asesinato a cometer por Anderton (Tom Cruise en la película) lo será sobre el general Kaplan  que quiere desacreditar “precrimen” para reemplazar esta fuerza policial por una autoridad militar. Spielberg cambia a Kaplan por un tal Leo Crow de quién intuiremos fue el autor del secuestro y asesinato del hijo de Anderton.
  • Y especialmente el mayor cambio se sitúa en el desenlace. En el relato de Philip K. Dick, Anderton (Tom Cruise) si asesina a Kaplan, pues de resultas de los tres informe en minoría, acaba aceptando que ese asesinato es el menor de los males y que el sistema, aun con estos desajustes, funciona. Spielberg –el mejor conocedor de cómo funciona esta industria- cambia el asesinato por un suicidio (el personaje de Max von Sydow como Lamar Burgess) y, en el mejor ejemplo del triunfo del individualismo y del libre albedrío, hacer patente el fallo del sistema y conseguir el cierre de “precrimen”.

¿Estamos a salvo de ese futuro?

No.. y cada vez menos. Cámaras en locales y zonas públicas; rastreo de ubicación por señal telefónica; conocimiento mercantil de en qué tienda entras, a qué hora entras y qué es lo que compras, recopilación de datos de las páginas que visitas en internet y con qué frecuencia lo haces, cámaras de reconocimiento facial donde nuestra imagen puede ser utilizada sin nuestro consentimiento…….

Bien pero podemos pensar y decir que nuestro sistema judicial velará por nuestros derechos. ¿Estamos seguros?. ¿Quién vigila al vigilante juez de esos nuestros derechos? ¿Y si el aparentemente impecable juez no es más que otro simple delincuente prevaricador?

En esto estoy más cerca del pesimismo de Philip Kindred Dick que del optimismo de Spielberg. Sin duda nadie nos puede garantizar que no seamos el sujeto de la siguiente bola roja.

Sebastián Antón Coll