15 Dic El CINE Y LA TEORÍA DEL CAOS
A uno, que es de letras puras, todo lo “científico” le suena como la Teoría de Cuerdas con la que el gran personaje de Sheldon Cooper nos ha machacado a lo largo de doce años en la genial “Sit Com” The Big Bang Theory. Al igual que ésta última, la Teoría del Caos puede que os sea algo incomprensible, si, claro, sois como yo…. de letras puras.
En román paladino, la Teoría del Caos se simplificaría en esta corta definición: “pequeños cambios en las condiciones iniciales crean grandes diferencias respecto al resultado final”.
Hace pocas fechas nos dejó Jacinto Lloret Orozco (“Sinto” Orozco). Todos los vileros nacidos antes de los años noventa, todos sin excepción y no tengáis duda de ello, somos lo que somos porque en mucho o poco, pero siempre en algo, pasamos por las terrazas de verano y cines “de invierno” que empresarios como Sinto Orozco y Jaime Morales pusieron a nuestra disposición.
De no haber existido estas personas, obviamente seguiríamos existiendo, pero todos seríamos mucho o poco, pero siempre algo… distintos.
En una España en blanco y negro, Sinto y Jaime nos ofrecieron una vida en color, nos mostraron la existencia de una vida que nada tenía que ver con la que el NODO prologaba las películas. Desde el amor más romántico al de la más pura conveniencia; desde el odio al perdón; las separaciones o divorcios que, por entonces, eran cosas de extranjeros; la convivencia en pareja antes del matrimonio; el que las mujeres fueran dueñas de sus vidas y destinos; la corrupción y la ineficacia políticas; sistemas dictatoriales y democráticos; el racismo; la homosexualidad….. situaciones con las que hoy nos manejamos a diario y que el cine nos adelantó.
Y todo eso lo vimos y vivimos en las masivas reuniones comunitarias que suponía asistir al cine. Si, el cine en La Vila hizo comunidad.
Hoy, en tiempos de facebook y twitter, la interacción social se realiza en soledad, comentas en las “redes sociales”, pides una película “a la carta” en Nexflix o Amazon y quedas por “guasap”. ¿Qué experiencia social puede adquirir quién así vive y así acepta vivir?. ¿Qué nos ha pasado para renunciar al placer de reunirnos en “comunidad” en una gran sala de cine y disfrutar de la influencia personal e interna –pues cada persona la experimenta de manera única- como es el visionado de una película?.
Para los que reconocemos que sin el cine nuestra vida sería distinta, es tristísimo.
Por ello, porque se nos ha ido el último, porque sin el Cine Paz de Jaime Morales y sin los Cines “de invierno” Mediterráneo y Jonia y de verano Mediterráneo, Aitana y Palasiet de “Sinto” Orozco, todos seríamos mucho o poco, pero siempre algo distintos, muchas gracias de todo corazón.
Muchas gracias Jaime.
Muchas gracias “Sinto”.
Sebastián Antón Coll.