Spielberg… Sin Pauline Kael
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Spielberg… Sin Pauline Kael

Spielberg… Sin Pauline Kael

“La más poderosa, amada y odiada crítica de cine de su tiempo”. Roger Ebert. Crítico Cinematográfico y Premio Pulitzer.

Hace pocas fechas y en esta misma página (https://encuentrosdecinedeautor.com/?p=15947) recordaba lo influyentes que fueron para los cinéfilos en Villajoyosa empresarios como Jacinto “Sinto” Orozco y Jaime Morales. Sin ellos –yo el primero- nuestra visión del cine sería distinta. De hecho, sin este tipo de personas (más que posiblemente) no estaría aquí y ahora escribiendo estas líneas.

Retomando esa posible/imposible “teoría del caos” de vidas que se cruzan en las nuestras…¿qué hubiera sido de Steven Spielberg sin la crítica favorable de (la más temida y odiada por muchos) Pauline Kael en su primer largometraje para la gran pantalla The Sugarland Express (1974) y aquí estrenada bajo el título de Loca Evasión?.

Muchos, seguro, pensarán que Spielberg atesoraba entonces tanto talento (ya mostrado en El Diablo Sobre Ruedas -1971- como máximo exponente en sus previas realizaciones para televisión) que, sin duda, hubiera conseguido los mismos logros… o no; o quizá sí, pero en otro tiempo y manera.

Paren máquinas. Tiempo de explicar lo que fue el ser crítico cinematográfico. Y digo bien “fue” pues como dice Iván Reguera (colaborador cinematográfico para Cinemanía; Vanity Fair y El Economista) en su artículo publicado en junio de 2020 en masdecultura.com:

Hubo un tiempo, aunque no se lo crean, en el que un crítico de cine era un cineasta más, igual que un guionista o un director. La razón es sencilla: analizaba y estudiaba de forma rigurosa y libre las películas, sus críticas eran influyentes, los productores, guionistas y directores leían su trabajo para mejorar. Hasta Billy Wilder dijo haber aprendido mucho como cineasta de una crítica que le hizo Kael.  

Pero hoy un crítico de cine no tiene ninguna relevancia para los cineastas o los espectadores. ……….. Hoy cualquier tuercebotas pontifica en las redes sobre los estrenos de moda y tiene más lectores que un especialista ……..      

Pero Pauline Kael tuvo la suerte de nacer en otra época y dedicarse a un oficio genial cuando el cine de su país fue genial por última vez: finales de los sesenta, todos los setenta y una pequeña parte de los ochenta. Ella llegó a ser amiga y consejera de aquellos cineastas y dio a conocer a Martin Scorsese con su reseña de Malas calles y a Steven Spielberg con la de Loca Evasión. “

¿Verdad que a estas alturas queréis saber ya quién fue Pauline Kael?. Vamos a ello.

Si eres mujer, nacida en 1919, hija de emigrantes judíos polacos y naces en una granja de pollos, por mucho que hayas tenido la suerte de hacerlo en Estados Unidos, mucha perseverancia, tesón, trabajo y claridad de ideas has de tener y mantener a lo largo de toda tu vida para llegar a ser la crítica cinematográfica de referencia de uno de los semanarios más influyentes del mundo, The New Yorker.

Baste este apunte para fijar el carácter de la señora Kael:  Terrence Malick –director de difícil comprensión- debutó en la gran pantalla con “Malas Tierras”. Buena, es mi opinión. No así para Pauline. William (Bill) Shawn, editor de la prestigiosa The New Yorker, antes de publicar la crítica de Kael, le dice: “supongo que no sabías que Terry es como un hijo para mí», a lo que Kael respondió, «mala suerte, Bill». Su crítica fue publicada sin cambios. Si la persona que te paga el cheque a final de mes te presiona de esa manera y sabes que sin ese cheque ni tú ni tu hija (Gina James) podéis vivir… hay que tener unos ‘bemoles’ como la catedral de Burgos o, en este caso –perdón señora Kael- unos ovarios como dicha catedral. Y carácter, mucho pero que mucho carácter.

Independiente en todos los sentidos, eso fue. Salvando la distancia temporal, cultural y de edad, personalmente la veo como nuestro Carlos Boyero que ya está de vuelta de todo. Si le gusta, aunque la versión mayoritaria sea la contraria, lo dice; y si le disgusta o incluso odia esa película, igualmente…..sin tapujo alguno.

Muchos hoy consideramos Bonnie and Clyde (Arthur Penn, 1967) una gran película, ¿verdad?. No ocurrió lo mismo en su estreno, la crítica la destrozó, excepto la de Pauline Kael. Robert Benton (guionista de Bonnie and Clyde y director de cine posteriormente con, entre otras, Kramer vs Kramer y En un lugar del Corazón) tras ver las críticas publicadas mayoritariamente contrarias pensó que “esto no va a durar ni dos semanas en cartel” pero la crítica de Kael lo cambió todo hasta llegar a ser hoy considerada como lo que es, una gran película. Robert Towne, otro de los coguionistas, manifestó que “Sin su crítica Bonnie and Clyde hubiera muerto como un perro”.

No todo fueron amigos, no. Ni mucho menos.

Norman Mailer, que con Capote innovó el periodismo literario, la llamó “frígida” y “Lady Vinagre”; destrozó con sus críticas a Resnais y Antonioni, tuvo una relación de amor-odio con Woody Allen; puso literalmente a caer de un burro las películas de Cint Eastwood y éste en La Lista Negra (última de la saga Harry el Sucio) hizo que el asesino matara (no sin casualidad) a una crítica de cine que se asemejaba a Pauline y que antes del asesinato, le increpase a su víctima “¿te gustan mis películas?”; Ron Howard (Willow, Una Mente Maravillosa, Apolo XIII…) en Willow hizo que el malo de la película se llamase “General Kael”; siendo ella de origen judío, no soportó Shoah, el ‘multipremiado’ documental sobre el Holocausto; William Peter Blatty, autor de la novela y oscarizado guionista por El Exorcista (William Friedkin, 1973), ante la calificación que Kael hizo de la película como el mejor cartel de reclutamiento para la religión organizada desde Going My Way” (Siguiendo mi Camino, Oscar 1944) manifestó en el popular talk-show The Tonight Show de Johnny Carson: “Eso es lo que molestó a Pauline Kael; bien, ella dijo que este es el mejor cartel de reclutamiento para la religión organizada desde Going My Way. Y la irrita muchísimo. Sabes, realmente creo que la Srta. Kael necesita… (duda en lo que dice)…si, tiene un impedimento en el habla. Tal vez en su cerebro…….(sigue dudando en lo que va a decir) que, ….bien, si ubico la posición correctamente, creo que lo que necesita para resolver sus problemas es….una lavativa”. (Traducción con cierta libertad para dar sentido a lo dicho en directo por el Sr. Blatty. El vídeo lo podéis encontrar en Youtube, siendo la fecha de emisión del programa el día 17 de enero de 1974).

Sentadas las bases para entender ante qué personaje nos hallamos, hora es pues que vayamos ante la que fue la primera película de Spielberg para la gran pantalla, The Sugarland Express o Loca Evasión, como gustéis.

No, no y mil veces no. Para nada fue bien recibida por la crítica de entonces.

El 20 de marzo de 1974, Arthur D. Murphy en la siempre temida por la industria cinematográfica Variety dijo que “algo (malo) le sucede a la película hacia el final cuando la historia opta por una serie abrupta de tiroteos de números de producción, como si este fuera el verdadero propósito de hacer la película«.

Stephen Farber, The New York Times sobre Loca Evasión en la edición del 28 de abril de 1974: “Spielberg y sus jóvenes escritores ……quieren recrear la tontería que alguna vez cautivó a las masas. Tienen buena memoria y un astuto instinto comercial que la industria a menudo confunde con talento….. Spielberg sacrifica la lógica narrativa y la coherencia de los personajes por emociones rápidas y risas fáciles…..Es deprimente ver a un director joven y al mismo tiempo ya con tan poca vergüenza. Esto tuvo que doler, ¿verdad?.

Roger Ebert crítico del diario Chicago Sun-Times, ganador del Premio Pulitzer y más popular y reconocido que la propia Pauline Kael, dijo  en su artículo del 26 de agosto de 1974: “Si la película finalmente no tiene éxito, es porque Spielberg ha prestado demasiada atención a todos esos coches de policía (y a los accidentes en los que se ven envueltos) y no lo suficiente a las personalidades de sus personajes. Llegamos a conocer a estas tres personas lo suficiente como para querer conocerlas mejor.”

Si la reconocida crítica circulaba por la derecha (aquí, personalmente me apunto a esta dirección. No veo esta película como nada distinto a otra de Burt Reynolds, por ejemplo), Pauline Kael lo hacía por la izquierda.

Crítica en The New Yorker de fecha 18 de marzo de 1974: “……El director, Steven Spielberg…… pero tiene una habilidad especial para sacar a los actores jóvenes, y un sentido de la composición y el movimiento que casi cualquier director podría envidiar. La composición parece ser algo natural para él, como ocurre con algunos de los jóvenes italianos…. Podría ser esa rareza entre los directores, un artista nato, tal vez el Howard Hawks de una nueva generación. En términos del placer que brinda la seguridad técnica que se ofrece a la audiencia, esta película es una de las más fenomenales primeras películas de la historia del cine”.

Eso, tal y como lo describe Kael, personalmente no lo vi ni por asomo en Loca Evasión y esa es pues la diferencia, la abismal diferencia, entre una crítico cinematográfica profesional y el simple aficionado cinéfilo que esto escribe.

Hace pocos años HBO rodó un documental sobre Spielberg. Éste ante la cámara y refiriéndose a Pauline Kael, dice “Ella estaba en lo cierto. No había crecido todavía”. Spielberg parece tiene memorizada aquella crítica de Pauline sobre Loca Evasión y en la que Kael, al final, acaba su mención sobre la película con esta frase: “No hay señales de la aparición de un nuevo artista cinematográfico (como Martin Scorsese) en The Sugarland Express, pero marca el debut de una mano de Hollywood de nueva generación y estilo nuevos.”

Pauline Kael falleció en 2001 y tuvo la suerte de poder llegar a ver que, aquella premonición que intuyó en 1974, deslumbraría posteriormente a la industria cinematográfica.

Sebastián Antón Coll